El Perú es un país muy rico en recursos naturales; tiene un mar inmenso lleno de variedad de peces y mariscos; valles en la costa, productoras de un sin fin de alimentos; la sierra, igualmente produce gran variedad de vegetales y la selva, todo tipo de madera y plantas medicinales. En la costa y en la selva tenemos gas, petróleo y gran variedad de riqueza natural. Los más reconocidos economistas, dicen que en los próximos años nuestra economía seguirá creciendo. Nuestro presidente, la Confiep, la Sociedad Nacional de Industria y posiblemente los exportadores; quieren que vengan grandes inversionistas, a explotar esas riquezas. Eso, me parece bien. Pero quienquiera sea el que venga a invertir, no solo explote los recursos naturales para venderlos en el extranjero; sino que también al explotarlos, no contaminen ríos y lagunas, no destruyan campos de cultivo o de pastoreo. Otra cosa muy importante, que desarrollen la industria nacional; Con fabricas, de todo tipo, tendremos trabajo bien remunerado, para todos. Durante el segundo gobierno de don Manuel Prado, se intentó ya el despegue industrial; con buenos resultados. Desgraciadamente, llegó al gobierno un populista, que destruyó lo logrado . El gobierno actual, debería seguir el ejemplo de la China y atraer inversiones para este rubro, ofreciendo condiciones especiales, en materia de impuestos, energía; etc. etc. Si hubiéramos seguido con el plan de industrialización, de aquella época, hoy nuestros jóvenes no tendrían que emigrar a lugares donde, muchas veces, son tratados como apestados. En los años 40 y 50 del siglo pasado, las avenidas Argentina, Colonial, Venezuela y otras, estaban repletas de fábricas y talleres; en las que siempre faltaba mano de obra calificada. Actualmente tenemos cualquier cantidad de universidades y escuelas técnicas y no fabricamos, ni siquiera fósforos.
Señores del gobierno, esta es la ocasión de hacer algo positivo por la patria: ¡Industrialícenla!. Basta de engañar al pueblo ofreciéndole, “vaso de leche, almuerzos populares; etc.” Con eso, los están acostumbrando a la ociosidad y a la sinvergüencería; además de matar su dignidad. Lo que la gente necesita es: TRABAJO... NO LIMOSNAS.
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