Hacía mucho tiempo, que no veía la televisión libre. Ayer, que pude verlo, me ha sorprendido la cantidad de estaciones de TVs en la UHF; pertenecientes a sectas religiosas y también a la Iglesia católica. En las que nombro en primer lugar, sale “impajaritablemente” un predicador, bien papeado, vestido con un traje para fiesta patronal, prendedor de corbata de oro y una verborrea; parecida a la que emplea Alan García, cuando está inspirado. Por supuesto, que en esta puesta en escena, hay cantantes solistas, músicos y coros. Es decir, el espectáculo es completo, ya la quisiera la “Cholitranquis”, para su programa cumbiambero.. El predicador, lee pasajes de la Biblia y los interpreta, a su manera; al pobre Satanás le da con palo y los “fieles” asistentes al acto, tienen cara de aterrados y, ninguno piensa en que están siendo estafados religiosa, moral y tal vez económicamente. ¿Qué finalidad, tienen estas pantomimas? ¿Quién los financia? Todas, o casi todas, las salas de cine de la ciudad se han convertido en templos de diferentes sectas; en muchas de ellas hay antenas parabólicas. ¿Será para comunicarse, directamente, con San Pedro? Ustedes, mis respetados lectores, no se han preguntado, alguna vez, ¿qué hay detrás de todo este tinglado? En 1,960, si mal no recuerdo, Richard Brooks llevó a las pantallas del cine, la historia de Elmer Gantry; interpretado magistralmente por Burt Lancaster. En esta historia, el predicador, un ex -vendedor viajero, coludido con un periodista y una mujer, “mistica” y ambiciosa; recorren muchos pueblos de la inmensa geografía norteamericana, engañando y estafando. Lo que aquí ocurre, ¿no será lo mismo? La Constitución del Estado, concede a los peruanos plena libertad de cultos; sin ningún tipo de reglamentación. ¿No creen que esto deba corregirse? A mi modesto entender, la libertad irrestricta en asuntos religiosos, es una invitación a que los pícaros, se aprovechen de nuestro empobrecido y crédulo pueblo; tan lleno de problemas.
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