Aquí en el Perú, estamos viviendo los días previos a la elección presidencial y, para muchos, el resultado final; ya huele a fraude. ¿Qué razones se esgrimen, para hacer valedera, tal afirmación? Primero que nada, la pública manifestación del presidente Alan García: “No permitiré que Ollanta Humala llegue a la presidencia”. Y él, sí sabe lo que dice, pues es el campeón de fraudes y otras malas artes. Los viejos apristas, deben recordar la sucia jugarreta que le hizo a don Andrés Towsend, para favorecer a Armando Villanueva, en una elección para candidato a la presidencia; en los años 80, del siglo pasado. Por otro lado la ONPE, sigue haciendo el conteo de votos, utilizando ábacos, quipus y otros artilugios obsoletos; que facilitan el fraude. La única forma de no permitir que burlen la voluntad de los electores es, que Ollanta Humala ponga, en cada mesa electoral, uno o dos personeros; premunidos de cámaras fotográficas y fotografíen cada cédula de votación. Ahora bien, ¿por qué García no quiere a Humala, en la presidencia? Pues, porque este candidato ha prometido juzgar a García y su gobierno; por los actos de corrupción cometidos durante sus dos periodos. ¿Tiene evidencias, para hacer tal cosa? Juzguen Uds. ¿Puede una persona honrada, con un sueldo de US$3,000.00; comprarse una casa en Paris, otra en Chacarilla, otra en Pucusana. Mantener a sus hijos en colegios y universidades carísimas? Ademas, esta persona nunca trabajó, antes de meterse a la política y cuando asumió la presidencia, la primera vez, juró que lo único que tenía era un reloj pulsera; heredado de su padre. Respondan,¿cómo lo hace, cuál es el negocio? “La plata llega sola?”
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Hace 7 años
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