jueves, 18 de octubre de 2007

Por la razón o la fuerza

Siempre que va a disputarse un encuentro futbolístico, por la copa que fuere, entre las selecciones de Chile y Perú; se desarrolla una situación psicopatológica entre los aficionados al fútbol, de los dos países. Me propuse llegar al fondo del asunto; y desentrañar este “entripado”, Luego de leer algunos textos de historia y conversar con mucha gente, he llegado a la siguiente conclusión: En el año 1,879, Chile fue a robarle sus tierras a Bolivia y Perú que tenía un pacto, con la víctima de aquella agresión, se involucró en una guerra que no era la suya. Lógicamente, ese fue un error mayúsculo; Chile había venido preparándose para ese conflicto durante dos décadas y contaba además, con la complicidad de Inglaterra. El asunto era robarle a Bolivia y a Perú, sus yacimientos de salitre, ambicionados por Inglaterra. Y… ¡vaya que lo consiguieron! A Bolivia le robaron sus puertos, convirtiéndolo en país mediterráneo y a Perú, Tarapacá, Arica y Tacna. Cuando los chacales del sur, invadieron Perú se comportaron a su altura. Saquearon, monumentos, bibliotecas, dineros públicos y privados, obras de arte. Ningún lugar por el que pasaron los chilenos, se salvó del pillaje. Se comportaron como los bárbaros de Atila, y aún peor. Cómo muestra de las barbaridades que cometieron los chacales del sur, les copio unos párrafos del libro: HISTORIA DE CERRO DE PASCO, por César Pérez Arauco (historiador): “Los últimos días de abril de 1,881, llegó a Cerro de Pasco la chusma chilena, al mando del comandante Ambrosio Letelier, llegaron sedientos de sangre y de tesoros. Una de sus primeras visitas fue a la casa del prestamista francés Jean Louis Trinthignac, uno de los hombres más adinerados de la ciudad. Este ciudadano, defendiendo lo suyo, mató a dos oficiales saqueadores y terminó fusilado, sin juicio previo. La chusma de Letelier, luego se dedicó al saqueo de las viviendas y los negocios de comerciantes italianos, franceses y peruanos; se apoderaron del ganado de las estancias, vecinas a la ciudad; cometiendo de paso todo tipo de tropelías, violaciones a mujeres indefensas y asesinatos a mansalva.

Al ciudadano italiano Emmanuele Ciessa; natural de Cómo, Italia; le hicieron un juicio infame y lo sentenciaron a muerte, pero luego lo dejaron libre a cambio de S/. 51,000.00 en plata, pagados por paisanos y amigos del bachiche; suma que tuvieron que reunir, en menos de doce horas” Eso ya es pasado, dirán algunos, pero no por ello, deja de ser verdad y la verdad; es la que se impone y se impondrá siempre. En los últimos años, ha habido una disputa por el nombre de un licor, el pisco. Los del sur haciendo gala de esa particularidad que lo llevan en la sangre y en su escudo, hurtaron el nombre del susodicho licor, luego el de un postre llamado “suspiro a la limeña”, una fruta, la chirimoya que tan bien lo representaban, en sus huacos, los mochicas y que los chilenos en ese afán de apropiarse de todo, lo han llamado chilimoya. También nos sustrajeron otra perlita: LA CHALACA, jugada futbolera, muy vistosa, inventada en el callao, por algún negrito quimbozo y ágil como Chita, la mona de tarzán. Allá la llaman chilena. Sobre este último asunto, hace muchos años le oí decir, en una entrevista, al mismísimo don Sergio Livigstone apodado “El Sapo”, gran arquero chileno, de su tiempo. Que la Chalaca, se los había enseñado a ellos, nada menos que don Adelfo Magallanes, jugador del Alianza Lima con ocasión de haber formado parte de un combinado de futbolistas Chileno-peruano (combinado del Pacífico) en una gira que hicieron por Europa, en la década del 40.

Todos estos últimos meses, he venido leyendo que hay un diferendo sobre límites marítimos entre Perú y Chile. Hasta antes de la guerra del Pacífico; nunca tuvimos límites territoriales ni marítimos con Chile. No soy diplomático, ni conozco nada de lo que esos señores, los diplomáticos, tratan. Dicen, que esta cuestión lo van a tratar en la Corte Internacional de la Haya. Los chilenos piden trazar los límites, a su bestial entender (Me refiero a los que intervienen en tales asuntos, porque sé que hay chilenos honrados y honestos; a ellos, mis respetos). Digo yo… ¿No les parece, que hasta al mas despistado de los ladrones, le daría vergüenza ir a alguna Corte; a señalar hasta donde es de su propiedad, lo saqueado a su víctima? A los diplomáticos de mi país, les digo que tengan mucho cuidado ya que no puede esperarse respeto, a nada, por parte de un pueblo cuyo lema es: Por la razón o la fuerza.

1 comentario:

Anónimo dijo...

En las crónicas informativas últimamente existe un error de información respecto a la jugada chalaca. Carlos Alejandro Villanueva Martínez, jugador del Club Aliaza Lima realizó esta jugada jamás antes vista en Perú en el año 1928 que bautizaron caracol, psteriormente los habitantes del puerto del Callao comenzaron llamarla chalaca. Esta es la única información oficial que existe en los anales de la historia deportiva del Perú. Todo lo demás que se publique fuera de este cotexto es una verdadera especulación. Unzaga inventó la jugada en el puerto de Talcahuano en el mes de enero de 1914 y están todos sus antecedentes comprobatorios a diferencia de la crónica del periodista argentino Jorge Barraza. Los más destacadas periodistas de antaño del Perú lo desmienten a acreditar la jugada realzada por villanueva, gloria y figura del Club Alianza Lima.