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Concluidos los Juegos olímpicos del 2,008; se me han ocurrido algunas reflexiones. Cuando niño, leí en diarios y revistas, que en tales competencias; lo importante no es ganar, sino participar, Esta frasecita se grabó de tal modo en mi cerebro, que creí que los “olímpicos” eran semidioses, (como Aquiles, Héctor, Patroclo; etc) y que practicaban su deporte; solo por amor al mismo. Sin embargo hoy en día puedo decir, sin temor a equivocarme, que tan “sublime competencia” se ha prostituido. Tomemos el caso de dos deportes populares, el fútbol y el basket ball; quienes se han coronado campeones olímpicos, no mueven una paja sino es por dinero. Es decir, que no practican su especialidad por amor a su deporte y esto, amigos míos, desmitifica totalmente los juegos olímpicos. Entiendo que las asociaciones, federaciones y cuanta agrupación mercantilista, maneja el deporte mundial; quiera sacar provecho de todo. Pero considero, que ellos también, deben entender el daño que causan a la niñez y a la juventud; con su comportamiento agiotista y egoísta. Señores de
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