Aquí en el Perú ( no sé si en otros lugares ocurre lo mismo), un congresista apellidado Torres Caro, en una conversación sostenida y grabada por un colega suyo manifiesta que, “antes de los intereses de la patria, están los suyos”. Este señor (si señor puede llamarse, a tamaño engendro) es un traidor nato. Para acceder al parlamento traicionó a Ollanta Humala, líder de Partido Nacionalista. Se hizo elegir por esta agrupación política y luego se pasó al bando contrario, es decir estamos ante un infeliz; capaz de vender a su propia madre. En nuestro parlamento, existe una comisión de ética que lo menos que puede hacer es expulsar a este pésimo elemento; pero existe el convencimiento en la ciudadanía; que lo perdonaran, una vez más. ¿Por qué? Simplemente por que entre nuestros políticos, todos tienen su “historia”. Se dice, también, que en la naturaleza de muchos peruanos vive la envidia y la traición, que el enemigo de un peruano, es, siempre, otro peruano. Pienso que todo esto es consecuencia de falta de valores morales; debido a una pésima educación escolar y hogareña. El Ministerio de educación debe restablecer, en forma obligatoria, el curso de Educación Cívica; así dentro de unas décadas podremos tener parlamentarios con mentalidad, opuesta a la del patán Torres Caro.
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Hace 7 años
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