El presidente del Perú, don Alan García Pérez en su escrito del último domingo en el diario “El Comercio”, dice de lo hecho y de lo que falta para terminar con la pobreza. Allí nos habla de millones y millones de soles, que su gobierno gasta en una serie de programas a favor de los pobres: Juntos, Pronaa, Lucha contra el analfabetismo, Agua para todos; etc. Yo me pregunto, y bueno sería que lo explique algún ministro, ¿cuánto de este dinero, se gastará en París o en Miami? ¿Llegaran, todos esos millones, a su verdadero destino?. Ahora bien señor García, que bueno para el país, que al fin, usted haya comprendido que para nuestro desarrollo económico, no podemos prescindir de las trasnacionales y que es deber de todos, atraer las inversiones. Sin embargo, digo yo, para ello primero debemos acabar con la corrupción, en todos los estratos del gobierno; destruir, de una vez por todas, al narcotráfico y el terrorismo y la delincuencia creciente, en nuestras ciudades. Ya, en el pasado, se han ido del país, empresas de primera línea como SEARS ROEBUCK; alarmados por el terrorismo que, en su anterior gobierno, usted no pudo o no supo controlar. Estamos a tiempo de cambiar al ministro del interior, que hasta el momento va de fracaso en fracaso. Busquemos, para ese puesto, una persona idónea: Un patriota, con don de mando, carismático y honradez a toda prueba. En lo referente a Educación, ustedes los apristas siempre han pregonado “educación gratuita para todos y a todo nivel”. Bueno, eso parece magnífico, para ganar el voto del populacho; pero nunca tienen un plan para conseguir, como lo hace un buen padre de familia para dar instrucción a sus hijos; las fuentes de financiamiento, para sus programas gratuitos. ¿Qué y cómo hacerlo? Justo, para eso son gobierno; en ochenta años en la política algo deben haber aprendido. Ahora bien, gobernar no es solo aplicar paliativos y soluciones cortoplacistas, como dicen los analistas políticos, sino que, también, es hacer obras para el futuro: Ferrocarriles a la selva, modernizar los puertos, construcción de represas para regadío y para la generación de energía eléctrica; etc, etc. Para todo eso, existen en el mundo empresarios que a cambio de años de explotación, arriesgan su dinero; convoquémolos. Ojala la mentalidad aprista haya cambiado; porque en el tiempo del General Odria, que sí hizo obra, llamaron al, hoy, “Hospital Rebagliati” “elefante blanco”. Ahora es una pequeña ratonera; ¿Verdad?.
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Hace 7 años
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