martes, 12 de abril de 2011

SEGUNDA VUELTA

Ha concluido la primera vuelta de la elección presidencial en el Perú. El primer lugar lo obtuvo Ollanta Humala, del Partido Nacionalista; el segundo, con 10 % menos de los votos, Keiko Fujimori, la hija del ex dictador; preso por robo, corrupción de funcionarios y crímenes de lesa humanidad. ¿Cómo hicieron, los fujimoristas, para obtener el 23% de votos de los peruanos, a pesar de los abusos que sufrieron durante el gobierno de Fujimori padre, y de los latrocinios (USA $ 7,000 millones, de la privatización)? Parece increíble, ¿verdad? Sin embargo, la respuesta es simple; Aplicaron la táctica del viejo dictador japonés. Durante, mas de dos años, el hijo menor de este, de nombre Kenyi, se dedicó a recorrer los pueblos mas paupérrimos del país, repartiendo buzos, zapatillas, polos, artefactos eléctricos, comestibles; etc a cambio de los votos de esta gente. Ahora bien, en la segunda vuelta electoral los votos que decidirán la elección serán de gente “pensante”, que no necesita prebendas, ni limosnas de ningún tipo. Todo lo contrario, los votos decisivos son de gente ilustrada que, en su momento, fue insultada y ofendida por el dictadorcillo, hoy en chirona. Por otro lado, Ollanta Humala, debe moderar su discurso: está bien que elimine de raíz la corrupción, que converse civilizadamente con la gente favorecida con super-ganacias, pero que prometa respetar la Constitución y las leyes. Que se deje de extremismos que, a estas alturas, serían un peligro para nuestra economía y nuestra estabilidad social. Alan García y su partido, obediente de consignas, fueron los que pusieron al japonés en la presidencia; Actualmente, no podrá hacerlo ya que el Apra está totalmente desorganizado, apenas cuentan con cuatro congresistas, para la próxima legislatura. De todos modos, debe estar maquinando algún asunto maquiavélico para liberarse de ser juzgado por corrupción. Esa frase, auto-incriminatoria, “el dinero llega solo”, mas algún audio, de los famosos faenones, que podría aparecer; posiblemente no lo dejan dormir.

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