martes, 15 de septiembre de 2009

NECESITAMOS CONGRESISTAS DIGNOS Y HONESTOS

La presidenta de la Comisión de Ética Parlamentaria del Congreso Peruano, ante la cantidad abrumadora de escándalos protagonizados por parlamentarios, ha tocado un tema que nuestra Constitución no lo contempla del modo que debiera ser. Para ser candidato a congresista solo pide: “Ser ciudadano y mayor de 25 años”; es decir que aquí, en el Perú han llegado al congreso, (y con decir esto, no los discrimino ni los ofendo) una variopinta fauna de ignorantes, turroneros y lo que es peor inadaptados y con procesos penales en su haber. Por lo expuesto, debe modificarse el artículo en mención. Un congresista a) Debe contar con un grado académico (En Lima y en el resto del país, existen cerca de un centenar de universidades y academias y es fácil acceder a ellas) b) Tener una conducta intachable, libre de procesos penales. c) Presentar un plan coherente de lo que hará, si gana la curul d) dedicarse a tiempo completo a las labores congresales (actualmente,hay quienes dedican la mayor parte de su tiempo al fútbol y cobran como congresistas) e) debiera fijárseles un sueldo, de acuerdo a su historia salarial, mas una suma razonable para gastos de representación; (gente que nunca tuvo nada o muy poco; al verse con dinero fácil empieza cometiendo tropelías, de todo tipo). Muchos dirán que si se hace lo que propongo, se está atropellando el derecho de sindicalistas, dirigentes cocaleros, etc. Y eso, no es cierto; que ellos sigan desenvolviéndose en su ambiente acostumbrado o en las municipalidades y si tienen ambiciones mayores, pues que estudien. Por último, no debiera permitirse la reelección de los congresistas; conozco uno, muy parecido al cómico mexicano “Chabelo”, para mas señas aprista, reelecto una y otra vez, sin mayor mérito, desde cuando cumplió su mayoría de edad, hasta hoy; que debe tener mas de 60 años. ¡Es eso…justo?
El sistema de partidos políticos, aquí en el Perú: para elegir a los candidatos a congresista; se rumorea que funciona en forma muy parecida a la de las mafias de Chicago en los años 30, quien no aporta para los jefes; queda “out”. ¿Será cierto?

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