lunes, 31 de agosto de 2009

de politicos y... vividores

En el Perú, ya se acerca la fecha para la elección del presidente de la república y de los 120 congresistas. Posiblemente, en esta ocasión, se superará el número de candidatos, en especial para presidente. Esto me lleva a preguntarme; ¿qué buscan los candidatos que, saben bien, nunca serán elegidos y, lo que es peor, ni siquiera obtendrán el 0.5% de votos? La respuesta salta a la vista, esos “señores” son “políticos vividores”. ¿Cómo es eso? Simple, mi querido e incauto ciudadano; ellos, con el aval de su minúscula representación conseguirán, del gobierno elegido, ministerios y embajadas. Saben “vivir” ¿verdad?(de allí,lo de políticos vividores ). Ejemplos: El que fue y el que es Ministro de Defensa, el de Vivienda, el embajador Barba y muchos otros saltimbanquis. Ejemplo clásico, es el presidente del Partido de Sánchez Cerro, que durante cerca de cincuenta años utilizó esta modalidad, para vivir sin trabajar, a costa el estado peruano. El político peruano, es un tipo muy especial; hasta hace apenas unas décadas, tuvimos uno; físicamente, mas feo que el hambre y que su conducta; (su rostro, en la forma, competía con sus nalgas), beodo consuetudinario y sin vergüenza; unas veces era aprista, y en ocasiones de su conveniencia, sirvió al japonés. Los demás políticos, de su generación, le temían porque tenía una lengua viperina y, por supuesto, conocía los rabos de paja de sus contrincantes. ¡Ah! No nos olvidemos del político, que sirvió de canciller a Fujimori, el diz que “príncipe de la jurisprudencia”; aficionado a la verborrea y a los latinajos; hoy congresista, mañana renunciante a lo irrenunciable y, al parecer, más loco que una cabra. También sabe vivir y, muy pero muy bien; gracias a la política del acomodo. Y…¡¿Qué de la dignidad, el honor, el orgullo?! Para ellos, son palabras que no significan nada; solo les importa sus intereses, figuración y sentirse poderosos; con los mendrugos que les arrojan los que sí tienen el poder…por poco tiempo; felizmente.

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