jueves, 9 de abril de 2009

LOS INCONDICIONALES DE FUJIMORI

El juicio al japonés Fujimori, ha concluido. La mayoría de la gente está de acuerdo, al manifestar que el juicio ha sido ejemplar y la condena, justa. Los familiares de las víctimas, agradecen que por fin se les haya hecho justicia y su alegría es mayor porque el Tribunal, que juzgó al tiranuelo dice, que las víctimas de los asesinatos (en La Cantuta y los Barrios Altos) nada tuvieron en común con los terroristas de “Sendero Luminoso”; es decir, se les ha devuelto la honorabilidad; luego de 17 años. Como era lógico esperarse, el delincuente no acepta su castigo y su abogado ya debe estar tramitando una apelación a la Corte Suprema. Todos recordamos la forma cobarde en que dejó el país, cuando se vio perdido y fue a refugiarse al Japón. Allí, llevaba una vida de príncipe desterrado, disfrutando del dinero que nos ha robado, hasta encontró una “novia”; posiblemente una testaférrea, que le guardaba lo robado; a los peruanos. Sin embargo, la ambición malsana, que guarda en sus entrañas, le jugó una mala pasada. Me explico, este individuo que antes de 1,990 era un don Nadie y cómo en nuestro país, la mayoría de votantes está formada por analfabetos y fanáticos apristas; que no piensan y solo obedecen consignas de sus jefes, fue elegido presidente constitucional; primero porque el APRA se encargó de desacreditar el programa de gobierno del señor Vargas Llosa y luego, en segunda vuelta, le endosó sus votos por orden de Alan García. Una vez elegido, se juntó con el traidor y defensor de narcotraficantes Vladimiro Montesinos, quebraron la democracia y gobernaron el Perú a su capricho. Pero, como “no hay mal que dure cien años, ni país que lo resista” los delincuentes cayeron y, como digo líneas arriba, el japonés huyó y en Tokio, vivía a cuerpo de rey. Cuando alguien, como nuestro personaje, llega a alcanzar el poder, se marea y la “borrachera” le dura el resto de su vida. Por tal razón, cuando sus incondicionales sirvientes, Martha Chávez, Delgado Aparicio, Cuculiza, Raffo y otros, que también aprovecharon los mendrugos que “el Chino” les arrojaba; le escribieron pidiéndole que volviera al Perú y que ellos, se encargarían que el pueblo peruano lo conduzca en hombros, desde la frontera con Chile hasta Lima; la rata mordió el queso, voló a Chile donde la señora Bachelet a la sazón, candidata a la presidencia de ese país; advirtió a su gobierno sobre la inconveniencia de tener de huésped a Fujimori. Lo apresaron, se le celebró el juicio de extradición, La Corte Suprema del país del sur, nos lo entregó por considerarlo autor mediato;de los crímenes por los que se le acusaba. Todo lo cual nos lleva a afirmar que gracias a sus fanáticos seguidores, se pudo traer y juzgar al delincuente. ¿Verdad?

1 comentario:

Anónimo dijo...

De acuerdo, sus propios ayayeros trajeron al japonés (no chino como se hace llamar) para utilizarlo y victimizarse.Quizá hasta sea parte de un plan de su propia hija para mantenerse en la política, total Keiko ha demostrado que su familia le importa muy poco para sus fines. Así como no le importó despojar a su madre del cargo de primera dama, hoy no le importa que su padre sea condenado si eso la puede ayudar a "vivir sin trabajar" en la política.