Después de conocer la escandalosa conducta de Lugo, hoy presidente del Paraguay, miles de personas alrededor del mundo habrán pensado que la religión, además de ser “el opio del pueblo”, es refugio de inmorales y descastados sacerdotes. Lo único que buscan estos individuos; es satisfacer sus bajos instintos, al amparo de sus cargos. Recuérdese los sacerdotes pederastas en U.S.A y otros muchos, en el resto del mundo. Es muy posible que los obispos (Lugo, por ejemplo) los purpurados y otros jerarcas de la Iglesia, también cometen actos aberrantes; solo que ellos, cuentan con “medios” para ocultar sus obras y su hipocresía. Un sacerdote, no solo debe predicar la doctrina de Cristo; sino además, debe de practicarla. Para ello lo primero que debiera hacer es formar un hogar, tener esposa e hijos. ¿Cómo diablos, alguien que no sabe de el asunto puede darnos consejos para educar a nuestros hijos? .Todos sabemos que el Hombre es un animal racional, dominado por sus instintos y que el sexo, como la alimentación son leyes naturales. También sabemos que la vida en la Tierra, apareció en forma espontánea; que no hay un ente superior, que lo gobierna todo. ¡Basta ya, de seguir contándonos cuentos infantiles! Que la religión, sirva para moralizar a la gente y que la frailería, enseñe con el ejemplo. Es posible que, entre los religiosos, haya gente buena y sincera, que trabaja por la humanidad, a ellos mis respetos.
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