Hoy 30 de junio del 2,008, en el juicio que se le sigue al japonés Alberto Fujimori; se ha presentado a declarar en su condición de testigo, Vladimiro Montesinos Torres. Entre estos dos individuos que he citado, convirtieron al gobierno del Perú, durante una década, en la más asquerosa cloaca; que alguien imaginarse pueda. El delincuente Montesinos, llegó ante el Tribunal que juzga al reo Fujimori; vestido como un “dandy”, acompañado de su abogada (mujer, bastante fea) de lengua afilada y de aspecto truculento. Al hacer su ingreso, a la sala de audiencia, intercambió guiños con su socio; de los crímenes y robos; de antaño Durante el interrogatorio, a que fue sometido por el señor fiscal, se comportó altanero, sabihondo y, hasta se cree héroe. Negó que el japonés, haya participado en los crímenes de los Barrios Altos y La Cantuta. Lo que quiere decir qué, él es único culpable; pues no había un tercero, al mando de los asesinos. Negó ser traidor a la patria y dijo que no lo echaron del ejercito en forma vergonzosa, sino en forma encubierta y que la revista Caretas creó “esa patraña”. Sin embargo el general Mercado Jarrin, ministro de Defensa, en aquella época, en entrevistas a varias publicaciones y en otras televisivas, dijo que a Montesinos lo cogió con las manos en la masa, robando documentos de su archivo personal; a los que, el delincuente, no debía tener acceso. También, durante sus declaraciones, dijo que no hablaría de personas que trabajaron con él, en el SIN; por prohibírselos ciertos protocolos; sin embargo, no tuvo el menor empacho en acusar a algunos de sus colegas (cómplices, diría yo) en el delito de interceptación telefónica y se vanaglorió, de haber conseguido que la Fiscalía archivara el caso, “sabiendo bien, que sí existió el delito”. ¿Se darán cuenta, los miembros del Tribunal, de la calaña de los delincuentes; con los que están tratando? Otra cosa. Los defensores, no van a la zaga; corren parejos; con sus defendidos.
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