Hoy, me toca escribir de un tema chocante para mucha gente, especialmente para esa cucufata; que hay, desperdigada, en todo el mundo. Ese asunto ingrato es, el control de la natalidad. A los sumo-sacerdotes, de todas las religiones, no les conviene tratar el tema; pues va contra sus intereses. Mientras ellos viven como reyes, gordos, como toneles y disfrutando de los placeres que les brinda el dinero, recolectado entre los pobres; estos, no tienen medios para mantener a su, por lo general, numerosa prole. Además, en la actualidad, por doquier hay escasez de alimentos. En Europa las tierras de labranza, explotadas durante siglos, está totalmente “anémica” y las bocas, a las que hay que alimentar, son muchas. Pronto se tendrá que recurrir a los transgénicos, con el inminente peligro que ello conlleva. África, continente habitado por gente belicosa; desde siempre, es víctima de la pobreza. Asia es un continente superpoblado, de gente muy industriosa y trabajadora; pero con los continuos desastres climáticos, provocados por la contaminación ambiental, en poco tiempo, padecerá hambre y desnutrición. América y el resto del planeta, tampoco son ajenos a los cambios climáticos. Con el descongelamiento del casquete polar, desaparecerán muchas ciudades costeras. El aumento de huracanes, tornados e intensas lluvias, dañaran irremediablemente, la ganadería y la agricultura. Ante estos fatídicos acontecimientos, ¿qué pueden hacer los gobiernos? Primero, controlar la natalidad, en forma ordenada y civilizada. Luego, o inmediatamente, acabar con los artificios humanos, que están destruyendo la naturaleza. Especialmente, se debe dejar de quemar petróleo y dejar de utilizar gases de todo tipo. ¡Mucho ojo! No estoy proponiendo que volvamos al modo de vida de
obat panas dalam bab berdarah
Hace 7 años
1 comentario:
Estoy de acuerdo en seguir reflexionando sobre el cambio climático, es algo de lo que todo el mundo habla con preocupación pero no se escuchan muchas propuestas. Te felicito por tratar el tema!
Publicar un comentario