El juicio al extraditado Fujimori, avanza en forma lenta. La defensa del delincuente (ya fue condenado por otro delito y, ya se merece el traje a rayas) tiene como estrategia dilatar el caso; presentando, para ello, testigos innecesarios. Un sin número de generales, muchos de ellos, ascendidos por influencia del traidor Montesinos. La mayoría, de estos ex militares, afirma no saber nada del caso; yo, diría que saben mucho, pero que se acostumbraron a la mendacidad y callan; dan la impresión que no saben nada de nada, que posiblemente ascendieron por marchar en los desfiles, hacer pintar los cuarteles y por someterse, incondicionalmente, a los caprichos del ex dictador y de su compinche. Tenemos tantos generales y nunca… hemos ganado una guerra, ¡Que ironía! ¿Verdad? Si llegara el momento de confrontar a los compinches, estoy casi seguro que ambos se negarían a hablar. No porque no tengan qué decir, sino por que tal es la estrategia de la defensa, que también defiende al tercer delincuente. Todo está planificado de ese modo; felizmente en la sala que juzga al rapaz; hay gente proba y honesta, que sabrá separar la verdad de las argucias y mentiras que vienen diciendo; aquellos que, en su momento, no supieron cumplir con su deber.
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Hace 7 años
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