El ser humano, desde los tiempos de Adán y Eva, destruye su propia felicidad. Posiblemente está en su naturaleza animal, el sublevarse contra toda ley; así esta le sea favorable en toda forma y sentido. Nunca está conforme, con nada. Si, por ejemplo, es elegido para dirigir un país o un pequeño grupo de gente; siempre o casi siempre tratará de perpetuarse en el poder. Y…¿Qué extraña fuerza tiene el poder, que cautiva a mucha gente? Algunas de estas actitudes, tienen cierta justificación; Fidel Castro en Cuba, iba tras un sueño de libertad para su pueblo. Completamente alejado de la corrupción y el servilismo de Batista. Desafortunadamente, para él, su país no cuenta con riquezas suficientes para desarrollarse independientemente. Además, su vecino es una potencia que lo ha cercado económicamente y con sus políticas; que son la antítesis de lo que él, buscaba para su pueblo y se ha tenido que quedar por 50 años, la juventud cubana actual, no conoce de los sufrimientos de quienes fueron jóvenes; a mitad del siglo pasado y califican a Fidel, de tirano. En Venezuela, Hugo Chávez quiere quedarse, todo el tiempo posible, para reformar su país y acabar con las injusticias; según lo dice. En Bolivia, Ecuador y Perú, los sueños de sus respectivos presidentes: Perpetuarse en el poder; ¿para qué? Como vendedores de materia prima hay muchísimos, que lo pueden hacer mejor. Así que, señores Morales, Gutiérrez y García vayan haciendo las maletas y llévense en ellas; sus mediocridades y su "cacareo". Al presidente Uribe de Colombia, parece que ya le entró el bichito del poder y anuncia que le gustaría quedarse en su puesto, unos periodos más. ¡¿Qué tendrá el poder, que bestializa a la gente?! Sería bueno que recuerden, que solo son aves de paso y que si no respetan
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Hace 7 años
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