viernes, 21 de marzo de 2014

El entorno político peruano, siempre fue tragicómico. En los tiempos virreinales, un virrey viejo y gotoso fue manejado, a capricho, por una cholita, que la historia conoce como la Perricholi y, que según dicen, obligó al gobernante a construir el Paseo de Aguas, en el Rimac. ¿Será cierto? “pos quien sabe” diría un mexicano. Yo, también lo dudo. Más tarde, ya entrada la época republicana, Agustín Gamarra, militar cuzqueño metido en política, tuvo la mala fortuna de casarse con una fémina, con todas las formas y maneras de un sargento; la llamaban “La Mariscala”… ¡Pobre de él! Actualmente, nuestro cotorro político, (posiblemente, para no ser menos) vive el cuento de °Los animales del bosque”. ¿Cuál cuento, se preguntaran muchos? Pues, hay les va: En un bosquecillo llamado Perú, hace poco tiempo, hubieron elecciones; dejaba el poder un animalejo con nombre de piel roja “Caballo Loco” o algo así, durante su mandato ni él, ni sus ministros parecieron saber lo que es ser honesto. Tampoco respetaron las leyes de la decencia y el honor. En provecho propio, se negociaba con el petróleo, la pesca y hasta se liberaba a narcotraficantes, por supuesto, siempre que pagasen la matrícula, en US dollars. Prosiguiendo, ¿Quién creen que ganó las elecciones? Pues, si. La fiera que hizo las mayores promesas, esa fiera que en todas las plazas públicas, prometió reformas para bien de las mayorías. ¿Cumple con lo prometido? ¡NO! ¿Por qué? Primero, porque en este bosquecillo ya no hay fieras (Oposición), a lo más un perrito de chacra, unos búfalos mansos, un burrito y muchísimos corderos. Segundo, se dice que cierta organización, con mucha plata, la llamada Confederación de Fieras Peruvianas,(CONFIEP) se compró a la costilla del León y… hoy, gobierna el bosque, una minúscula ardillita. ¿Qué les parece? ¡Pobre, el calzonudo León! …¿Verdad?

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