OLLANTA Y EL INDULTO: El presidente Ollanta Humala, en lo concerniente al indulto solicitado por el japonés Fujimori, ha actuado correctamente. Se ha ceñido, exactamente, a lo que señalan las leyes, al respecto; ha seguido lo recomendado por la Comisión ad hoc y ha tomado en cuenta, también, la actitud altanera del reo; que en ningún momento ha pedido perdón al Pueblo peruano, por lo crímenes y latrocinios cometidos. Hablando sin apasionamientos, en forma imparcial, ¿quién es Alberto Fujimori? Un aventurero japonés, que aprovechando de la coyuntura miserable en que el país se encontraba; luego del pésimo gobierno aprista y favorecido, en cierta forma, por Alan García quien no quería a Vargas Llosa en la presidencia (enemigo acérrimo de los corruptos) favoreció a la candidatura del Japonés, aun sabiendo que éste mentiroso, no era peruano. Una vez en la presidencia, el nipón se dedicó a destruir las instituciones democráticas y luego, según él, “manejado por el traidor Montesinos” se dedicó a “comprar” a congresistas y generales corruptos, saqueó la hacienda pública y a matar estudiantes, periodistas y a quienes protestaban por su perpetuación en el poder. Este cobarde, además, maltrató a su esposa, quien había contribuido con su dinero para que el muy sinvergüenza, accediera a la presidencia. El abusivo le “metió” corriente eléctrica, además de golpearla y torturarla. Cuando se vio perdido, fugó al extranjero llevándose maletas (dicen que más de 20) llenas de dólares y videos que lo incriminaban. Desde el Asia, el muy ladino, renunció por fax. Más tarde, confirmando que es japonés y no peruano, candidateo por una senaduría en su tierra. Ahora, como dice Susana Higushi: “Vive cómodamente, no paga comida, ni agua ni electricidad; ningún impuesto; tiene hasta el WC atemperado, clínicas y servicios médicos completamente gratis, ¿qué mas quiere”? Es falso, también, que se encuentra solo; a diario lo visitan decenas de sus “lame culos”, que se beneficiaron durante su gobierno.